El Colegio La Salle La Paz, con gran fervor celebró el «Día de la Bandera», una fecha que conmemora el aniversario de la creación de la primera bandera boliviana en 1825.
La ceremonia comenzó con la entonación del Himno Nacional. Los estudiantes, organizados por niveles, participaron en un desfile simbólico, portando con orgullo la «Tricolor», bandera nacional adoptada el 31 de octubre de 1851 durante el gobierno del presidente Manuel Isidoro Belzu. Esta bandera se caracteriza por sus tres franjas horizontales de igual ancho: la franja roja en la parte superior, que representa la valentía y el sacrificio; la amarilla en el centro, simbolizando la riqueza y los recursos naturales; y la verde en la parte inferior, que encarna la esperanza y la fecundidad de la tierra boliviana.
Durante el acto cívico, se destacaron presentaciones artísticas que narraron la evolución de la bandera boliviana, desde su primer diseño en 1825, pasando por la inclusión del color amarillo por el mariscal Antonio José de Sucre, hasta llegar al diseño actual establecido en 1851.
Además, se mencionó la importancia de la bandera estatal, que incluye el escudo nacional en el centro, y la bandera de las Fuerzas Armadas, que agrega una rama de laurel y olivo rodeando el escudo, tal como lo estipula el decreto del 5 de agosto de 2009.
El Hno. José Diez de Medina, director del colegio, dirigió un inspirador discurso en el que subrayó el significado profundo de la «Tricolor» para el pueblo boliviano, así como la relevancia de mantener viva la memoria histórica y el respeto por los símbolos patrios.
También en este acto se destacó la importancia de la Wiphala, reconocida en 2009 como símbolo patrio del Estado Plurinacional de Bolivia, que representa la diversidad y la herencia cultural de las naciones indígenas del país.
Durante la ceremonia, se llevaron a cabo diversas presentaciones artísticas, incluyendo recitaciones y representaciones teatrales que narraron la historia de la bandera boliviana y su evolución a lo largo de los años.
La jornada concluyó con un sentido aplauso de todos los presentes, quienes, unidos en un solo corazón lasallista, renovaron su compromiso de amor y respeto hacia Bolivia y sus símbolos. Esta celebración no solo reforzó el sentido de pertenencia y unidad en la comunidad educativa, sino que también inculcó en los estudiantes los valores cívicos que los guiarán en su vida futura.